¿Sabes qué es el job sharing?

La entrada de las nuevas generaciones en el mercado laboral, unida a la revolución tecnológica, está transformado tanto la forma de trabajar como las relaciones laborales con las empresas. Los profesionales demandan, cada vez más, disponer de una mayor flexibilidad laboral que da lugar a nuevas formas de trabajo como el job sharing, una nueva modalidad de compartir la jornada laboral.

El job sharing, o trabajo compartido, es cuando dos o más trabajadores se ponen de acuerdo, con el beneplácito de la organización, para compartir un mismo puesto de trabajo de forma que se dividen, entre ellos, las tareas, la responsabilidad, el horario y también el sueldo. Se trata de una nueva modalidad que, aunque no está muy implantada en España, está surgiendo en Europa y encuentra en Suiza, Reino Unido y Alemania sus máximos exponentes, sobre todo en universidades y empresas públicas.  Muestra de ello es que según un estudio de la consultora alemana Robert Half, una de cada cuatro empresas europeas ya oferta este tipo de puestos, una cifra que aumenta hasta el 48% en el caso de las empresas británicas.

Los expertos explican que existen dos modalidades de job sharing en función de la asunción de responsabilidad. Así pues podemos hablar de “responsabilidad compartida”, cuando los dos trabajadores que comparten el trabajo comparten las responsabilidades al mismo nivel; o de “responsabilidad dividida”, cuando el trabajo se fracciona en proyectos o clientes y cada empleado trabaja de forma individual y es responsable del proyecto asignado.

Según la editorial jurídica Lefebvre, este sistema de trabajo tiene numerosas  ventajas. El empleado puede disfrutar de una mayor flexibilidad laboral, puede intercambiar habilidades y conocimientos con su compañero y, a la vez, mantener la antigüedad y los beneficios sociales que ofrece la compañía. Por parte de la empresa, las principales ventajas son poder contar con dos perfiles distintos para solucionar un mismo problema, contar con empleados más motivados y aumentar la productividad en la medida que se reduce el absentismo y las vacaciones se turnan entre ellos.

No obstante, el sistema no es perfecto y también cuenta con una serie de desventajas. Entre ellas destaca un posible aumento del coste administrativo y de capacitación profesional, así como el riesgo de discriminación de género si la mayoría de los puestos en modalidad de job sharing están ocupados por mujeres.