La importancia del salario emocional aumenta a la vuelta de las vacaciones

Cuando se acaban las vacaciones, muchos empleados se replantean su futuro laboral. La tarea de las empresas en septiembre es encontrar maneras de fidelizar el talento a través de acciones y ofertas diferenciales, así como crear una propuesta de valor atractiva para atraer nuevo talento. En este sentido, el salario emocional adquiere mucha importancia, posicionándose por encima del salario económico.

Entendemos por salario emocional todas aquellas retribuciones no económicas que el profesional puede obtener por parte de la empresa. Se trata de ventajas que buscan como satisfacer sus necesidades personales, familiares o profesionales e incrementar su productividad, así como mejorar su calidad de vida y fomentar un buen clima laboral.

Después de disfrutar con familia y amigos durante el verano, es habitual que la vuelta al trabajo sea costosa. Por ello, al llegar septiembre, muchos profesionales buscan disponer de beneficios diferenciales, como la disponibilidad de teletrabajar o la flexibilidad en los horarios laborales. Y es que ofrecer incentivos dentro del salario emocional supone la diferencia entre la fidelización de talento o la pérdida de empleados.

¿Quién sale ganando con la introducción del salario emocional?

El salario emocional no solamente favorecerá a los empleados, sino que, además, la empresa se verá beneficiada por el aumento de productividad y compromiso de los trabajadores. Si se sitúa al empleado en el centro, las personas se sentirán más valoradas y, a la vez, mejorará el ambiente laboral y la rentabilidad de la compañía.

La escucha de los trabajadores y la incorporación del salario emocional añade valor a la empresa y mejora su reputación. Cuando un trabajador/a se siente valorado y cuidado, está más satisfecho, por lo que trabajará de forma más eficiente y productiva.

¿Qué opciones existen?

Un seguro de salud, acciones de bienestar como mindfulness o gimnasio, tickets restaurante, teletrabajo o adelanto de nómina son algunos beneficios que pueden funcionar muy bien. De hecho, se trata de aspectos muy valorados por los trabajadores/as, que ya no solo buscan un buen sueldo, sino también unas condiciones laborales que se adapten a su estilo de vida.

La clave del salario emocional es proporcionar medidas personalizadas que ayuden a la conciliación y al crecimiento profesional de los trabajadores. De este modo, algunas empresas apuestan por impulsar la formación y proporcionar cursos gratuitos a sus empleados, mientras que otras prefieren incorporar servicios de guardería o flexibilidad horaria en sus instalaciones.