Mal ambiente laboral. Pasamos gran parte de nuestro día en el trabajo, por ello es clave tener una buena relación con nuestros jefes y compañeros de departamento. Si el objetivo de la empresa es retener el talento interno, será imprescindible que tenga mecanismos capaces de detectar posibles problemas en el managemet y en los equipos. Un buen feedback y una buena comunicación son aliados perfectos en estas situaciones.

Falta de desarrollo profesional. Cuando un profesional se ve estancado en su carrera profesional empieza a plantearse un cambio. Este desarrollo profesional no solo tiene que estar motivado por un ascenso o promoción vertical, también es posible ofrecerle nuevos retos o formación útil y motivadora que le permita realizar un cambio transversal dentro de la propia compañía.

Exceso de trabajo. La sobrecarga de trabajo y de responsabilidades durante un largo periodo de tiempo genera desgaste y estrés en los empleados que pueden llevar a plantearse su salida de la empresa.

Salario. Si la remuneración se estanca o no se percibe que esté acorde al trabajo realizado, a menudo se convierte en un factor que provoque pensar en un cambio de trabajo con el objetivo de encontrar una mayor retribución. En este punto los beneficios sociales o salario emocional que la empresa ofrezca al empleado pueden convertirse en un elemento clave para hacer decantar la decisión final.

Falta de conciliación.  Si el empleado percibe que no tiene tiempo para atender su vida familiar o sus aficiones personales, acabará desgastándose y empezando a buscar alternativas. En este sentido, también influye si la distancia que tiene que recorrer cada día para ir al trabajo y volver a casa es excesiva. Por ello, es útil aplicar medidas de conciliación y de flexibilidad que le permitan cumplir los objetivos establecidos sin renunciar a su tiempo libre.

Inestabilidad de la empresa. Si la empresa pasa por una época de bajada de ventas, despidos, fusiones, etc., los empleados se preocupan por su futuro y, en consecuencia, pueden empezar a pensar en un cambio. Para evitar este extremo es importante hacerles partícipes de la estrategia de la empresa y de los planes que los directivos tienen para ellos. Conocer su contribución al negocio y saber que son parte del proyecto les ayudará a sentirse alineados con la compañía y saber que su esfuerzo y trabajo merece la pena.