La crisis sanitaria que comenzó en España a mediados de marzo del año pasado ha acelerado, sin duda, la transformación digital de las empresas, la cual se esperaba que sucediera paulatinamente durante los próximos cinco años. En este sentido, las compañías y, en particular, los departamentos de Recursos Humanos han tenido que reinventarse a marchas forzadas para adaptarse a esta Nueva Normalidad, marcada por la digitalización y la incertidumbre.
El auge del teletrabajo durante estos últimos meses es ya una realidad. De hecho, según datos del INE y Eurostat, antes de la crisis sanitaria únicamente un 5% de los profesionales en España teletrabajaba y en plena pandemia esta cifra superaba el 30%. Actualmente, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), hasta un 16,2% de los profesionales prestan sus servicios en remoto más de la mitad de los días.
Según un informe elaborado por el Centro Criptológico Nacional a lo largo de 2018 se produjeron en España un total de 38.192 brechas de seguridad. Una cifra que representa que los ciberataques aumentaron un 43,65% en comparación al año anterior. Además, según el informe “El coste del cibercrimen”, de Accenture, cada ataque de este tipo cuesta a las compañías 162.300 euros de media y en España afectó al 38% de las empresas encuestadas.
Aunque el salario es el factor más importante a la hora de escoger una empresa en la que trabajar, diferentes estudios apuntan que la flexibilidad horaria y la conciliación entre la vida personal y profesional son factores cada vez más valorados y demandados por los profesionales. Y es que en España, los horarios laborales y familiares no están acompasados. Muestra de ello pueden ser las dificultades para adaptar el horario laboral con el de los hijos, el hecho que sea habitual cenar a partir de las 21:30 o que el prime time en televisión empiece tan tarde.
El teletrabajo es una fórmula laboral al alza que las empresas ofrecen a sus empleados como una manera de ofrecer una mayor flexibilidad y mejorar su conciliación entre la vida profesional y personal. Pero esta modalidad de trabajo tiene inconvenientes como la dificultad de desconexión, la sensación de soledad y falta de vínculos con los compañeros. Unos inconvenientes que se pueden convertir en ventajas potenciales. ¿Sabes cómo?
